Mary Jo Bang

“Estos florecimientos terrenales han arraigado / como los trenes plateados del maquinismo. / No oigo nada a ciegas en la noche salvo el sentido del movimiento. / El dolor exquisito para quien / medio se esconde en el árbol, hojas a sus pies. / Hojas caídas y sensaciones perdidas.”

domingo, 6 de marzo de 2011

Buenas críticas...

Un punto y aparte es una novela intimista en la que pasan una serie de hechos y sucesos narrados de forma atractiva, con delicadeza. El inicio es magnífico, casi en in media res: el suceso de la separación se nos muestra de golpe, aunque parece que a la protagonista no le coge de todo por sorpresa. Ya ha intuido algo. Ver sin querer aceptar lo que se ha visto. El resto: la angustia, la soledad, las peleas diarias... están narradas con objetividad. Dato curioso teniendo en cuenta que la narración es en 1ª persona, propio de un autor subjetivo. Y ahí, en ese inicio vamos conociendo a Paula y a su vida familiar y laboral.
Sergio, al principio aparece diluido. Y eso es también un acierto, porque Paula no sabe si va a tener algún papel importante en su vida. Y a medida que van pasando los meses y los acontecimientos, el lector va descubriendo una personalidad muy atractiva. Es un hombre delicado, lleno de detalles cariñosos, con una gran paciencia. Un magnífico trabajador y un hombre muy familiar y respetuoso. Sus dudas acerca de la relación entre ambos, cogen un poco de sopetón. Nada nos hace pensar que las tiene, pero eso es también propio de la misma voz narrativa: la primera persona desconoce lo que les ocurre a los otros.

No sé si lo mejor, pero sí lo más interesante, son las interrelaciones familiares: los adolescentes se muestran con todo su egoísmo y al mismo tiempo con todas las inseguridades propias de la edad. Es el momento de sus descubrimientos personales, pero al mismo tiempo de su dolor por ese fuerte enraizamiento con el pasado y por desear que todo ese pequeño mundo familiar no cambie. Paula, con las dudas por su edad, por el dolor de la ruptura y por pensar que su vida amorosa tiene un punto y final. Su lucha, sus dudas, son propias de cualquier mujer en su situación.
Miguel. He conocido a algunos como él. Nadar y guardar la ropa. No quiere perder nada, pero sí ganar todo. Son seres egoístas que no están dispuestos a entregar nada a cambio de los afectos que se les tiene. Ni por sus hijos ni por su mujer.
Y Sergio es el personaje más entrañable.
En medio, los secundarios son fantásticos y las relaciones entre ellos naturales e intensas.
Me ha encantado. Siendo como es una novela en la que no pasan grandes acontecimientos, sino situaciones de la vida real, cotidiana, la tensión se mantiene hasta el final. Los personajes te llevan de la mano. Quieres saber qué les ocurre a continuación. Y en medio de todo, sus sueños y frustraciones, la unión entre el pasado y el presente, las añoranzas, los recuerdos...
Preciosa.

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