Mary Jo Bang

“Estos florecimientos terrenales han arraigado / como los trenes plateados del maquinismo. / No oigo nada a ciegas en la noche salvo el sentido del movimiento. / El dolor exquisito para quien / medio se esconde en el árbol, hojas a sus pies. / Hojas caídas y sensaciones perdidas.”

miércoles, 30 de marzo de 2011

Reseña LA REBELIÓN DE LAS BRUJAS


La clarividencia de Angie Holbein no es suficiente para esclarecer el misterioso pasado que la persigue. El destino le tiene preparado una revelación de antaño, que dejará en entredicho el papel de la Santa Iglesia.

Tras un ritual de magia, su cuerpo viaja a través de un portal a la Alemania del siglo xv donde descubrirá, en sus propias carnes, la falta de escrúpulos de una sociedad dominada por la religión. Sus vivencias, en un siglo que no le corresponde, la arrastrarán a desafiar a los mismísimos caballeros de una orden sagrada.

Alfred de Moncraf está destinado a proclamar las nuevas leyes de la Iglesia. En su cometido conocerá a una enigmática mujer que le hará temblar los cimientos de sus creencias. El amor que nace entre ambos luchará con la impactante verdad que mortifica a gente inocente. La pasión que envuelve a la pareja desatará el odio y la furia de la Santa Inquisición por acabar con sus vidas…

Angie Holbein es una chica de hoy en día; independiente, trabajadora, inteligente y divertida, una chica normal del siglo XXI. Aunque lo que está a punto de sucederle no tiene explicación ni siquiera en el siglo XXI.

Asediada por misteriosas visiones en las que ve cómo el fuego devora a una mujer, Angie intenta utilizar su clarividencia y las mancias a su alcance para desentrañar lo que se esconde tras estas imágenes, pero lo que debería ser un simple ritual de meditación e introspección desembocará en un viaje en el tiempo a la Alemania del siglo XV. Sin saberlo, ha sido invocada por varias mujeres de su familia, Mathilda, Anette y Marlenne, que temerosas de la fatídica suerte que iban a correr deciden buscar ayuda en las generaciones venideras, pues si nadie lo remediaba se convertirían en víctimas de la Santa Inquisición. Allí Angie se encontrará con su pasado y también con su destino; su futuro estaba en el mismo pasado.

Alfred de Moncraf comienza a cuestionarse las ordenes de sus superiores. Aún siendo el capitán de la Sagrada Orden, en su fuero interno rechaza obedecer ciegamente las leyes que se le imponen, según las cuales debe ejecutar a cualquier hombre, mujer, e incluso niño, que muestre signos de realizar prácticas paganas o estar poseído por el demonio, aunque su claro objetivo son las mujeres. Pero el mandato es firme, y Alfred debe realizar una expedición al norte del país acompañado de Adán y Louis, dos de sus hombres. Lo que descubriría en su viaje cambiaría su vida para siempre, apartándolo de las que hasta ese momento eran sus creencias para proteger a gente inocente de quienes se decían emisarios de Dios.

Apostando por un tema que suscita controversia, el papel de la Santa Iglesia en la Inquisición, Ariadna McCallen vuelve con otra historia de viajes en el tiempo en la que nos muestra su particular visión sobre la caza de brujas, y cómo esto afectó a hombres y mujeres que hasta entonces vivían su fe en armonía con su entorno. Según los libros de Historia, en la Edad Moderna se llevaron a cabo miles de ejecuciones, sobre todo en Alemania, donde los castigos fueron extremadamente brutales, sentencias sin juicio que se apoyaban en el tratado más importante sobre la persecución de brujas, el «Malleus Maleficarum», también conocido como «Martillo de las Brujas». Este texto espeluznante y aterrador es el hilo conductor que la autora utiliza para narrar su historia.

Algunas veces nos da reparos leer novelas con otras ambientaciones o tramas, quizás porque estamos demasiado acostumbradas a la regencia, y de Inglaterra y alrededores no salimos; otras veces porque las leemos extrañas, los temas que se tratan nos parecen ajenos y no nos identificamos con lo que nos cuentan. Ariadna McCallen consigue que te sumerjas en la historia, y que la vivas desde el punto de vista de sus protagonistas sin pensar en el lugar en el que todo ocurrió ni en que esos sucesos pertenecen a una período que no hemos vivido. Si bien es cierto que determinados sentimientos y hechos lamentablemente son comunes a todas las épocas y lugares, incluida la era actual.

En «La rebelión de las brujas» viviremos la historia de amor de Angie y Alfred, dos personajes totalmente opuestos en ideales, épocas, actitudes y pensamientos. Aún así, desde el momento en que se conocen, desde el primer instante que se miran, la química surge entre ellos. Angie ya sabe por sus visiones que Alfred está destinado a ser su marido, y siendo una mujer del siglo XXI no puede evitar intentar seducir al hombre que hace vibrar su sangre. Por su parte, Alfred es conocedor de que está infringiendo las normas al acercarse a una hechicera, no obstante, lo que siente a su lado y los dones que muestra hacen tambalear todos los cimientos de sus fe.

Las escenas eróticas entre los protagonistas son casi incendiarias. Si Angie quería huir del fuego, desde luego no debería haberse acercado a Alfred, aunque la verdad es que ella tiene mucha culpa de que casi ardan en la hoguera, y no me refiero a la pira. Es una provocadora, una pirómana. Y si bien a Alfred no le importa mucho salir ardiendo junto a su hechicera, los demás corremos riesgo de abrasarnos, por decir algo. Recuerdo una escena que hubiese sido muy problemática si una chispa de la pasión de estos dos llega a prender en las cuadras. ¿Cómo lo hubieran explicado? En fin, son las cosas del amor.

Como ya he comentado, el encuentro de Alfred con Angie marcará sus creencias de forma definitiva. Las vivencias que sus hombres y él experimentarán durante esos idílicos días en Hanon, la aldea donde vive la familia de Angie, les despertarán a una asombrosa realidad hasta entonces desconocida para ellos. Pero no todo será miel sobre hojuelas, los fieles inquisidores, los hermanos dominicos Heinrich y Jacob, cada vez están más cerca y con ellos el peligro se cierne sobre el ducado de Mecklemburgo. Alfred decide no seguir los dictados de quien hasta ahora era su superior, el regente Rudolf, y ayudar a las buenas gentes que lo han acogido a protegerse, convirtiéndose así en desertor del Santo Oficio. La batalla final sería épica. Mas la Santa Inquisición avanza imparable...

«La hora había llegado. El perdón ante Dios sería justificado por el bien que haría a continuación. Alfred creía en Dios, pero desde que conoció a Angie, se negó a seguir profesando la doctrina del Santísimo. Su Dios jamás permitiría que se derramase una gota de sangre por defender su religión. No obstante, el destino era demasiado sabio, y él estaba a tiempo de que su alma fuera liberada de ese horrible poder.»

Después de «El misterio del Norte», Ariadna McCallen nos sorprende con «La rebelión de las brujas», primera entrega de su trilogía «Hechiceras». Una historia en la que encontraremos romance, aventura, sensualidad, fantasía... Con su característico toque erótico y paranormal, Ariadna McCallen ha combinado realidad y esoterismo para crear una novela que, además de divertirnos y hacernos pasar un «muy buen rato» con ella, nos hará reflexionar sobre la fe y la religión, y hasta dónde puede llegar el fanatismo cuando no compartimos los ideales de alguien.

Text Box: Crítica: Ana Mª BenítezComo dicen que «La confianza es la hermana gemela de la esperanza y la paciencia la luz que las dirige», tengo la esperanza de leer pronto «La danza de las brujas» para conocer la historia de Adán, hermano de Alfred, y Anette, prima de Angie, personajes cuya relación promete ser muy interesante, y que la impaciencia no se apodere de mí en el camino. Si en «La rebelión de las brujas» Angie sedujo a Alfred, ¿quién seducirá a quién en «La danza de las brujas»?

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