Telaraña de libros reseña INFILTRADA

Infiltrada de Menchu Garcerán

Editorial: El Maquinista
Publicación: Septiembre 2011
ISBN: 9788493889036
Precio: 11,95€

Bárbara y Malcom trabajan juntos para el F.B.I. Ella es psicóloga y se dedica a realizar perfiles psicológicos mientras que él es agente y su trabajo se desarrolla en la calle.Un día cambian las tornas: una amiga de Bárbara aparece asesinada en la facultad de psicología donde trabaja y ella se ofrece, en contra de la opinión de Malcom, a infiltrarse en la escuela para investigar desde dentro. Bárbara es una mujer que se crece ante la adversidad y capaz de hacer cualquier cosa por sus amigos, incluso arriesgar su vida, cosa que desquicia a Malcom quien ve cómo se pone en peligro constantemente sin poder hacer nada por evitarlo.Durante la investigación, la relación entre ellos empieza a cambiar y comienzan los problemas. Mientras tanto, el asesino ha puesto el punto de mira en Bárbara. ¿Llegarán a tiempo para evitar una nueva muerte?

"No perdáis una hora, porque no estáis seguros de un minuto"

Benjamin Franklin

Llevo un rato delante del ordenador pensando en cómo empezar la reseña, y creo que esa frase resume a la perfección la sensación y el mensaje que me ha transmitido el libro.

Se suele decir que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde, o en este caso hasta que la posibilidad de perderlo consigue que lo aprecies. Pero como sé que nadie me está entendiendo, comencemos por el principio.

Bárbara Evans y Malcom Darek trabajan desde hace tiempo como compañeros en el F.B.I. Ella como psicóloga encargada de hacer perfiles sobre asesinos y él como agente especial. Ambos mantienen una relación profesional de respeto y camaradería, sin ir más allá. Aunque ésto pronto cambiará cuando es encontrado el cuerpo sin vida de Hanna Solomon, amiga de Bárbara.

Amenazada en varias ocasiones y posteriormente degollada en la universidad en la que trabajaba, todas las sospechas recaerán sobre los profesores y compañeros de trabajo de la víctima.

El caso es puesto en manos de Malcom, el cual no dudará en hacer todo lo posible para encontrar al culpable, pero los interrogatorios e investigaciones no aportarán mucho; demasiados posibles asesinos y la mayoría sin una causa razonable para cometer un acto tan horrible. Por ello, Bárbara será destinada a infiltrarse como jefa de estudios de la universidad, y así conocer mejor a sus nuevos compañeros y poder encontrar a la persona que encaje en el perfil del asesino.

Desde el primero momento Malcom intentará persuadirla de que no lo haga. No le gusta la idea de que su compañera se ponga en peligro de esa manera, y mucho más cuando la atención del asesino se posa en Bárbara.

Como podéis imaginar, nos encontraremos con dos tramas muy definidas; la investigación del asesinato y la evolución en la relación de nuestros protagonistas.

Tengo que decir que no he podido descubrir hasta el final quién es el asesino, y para mí este es uno de los mejores puntos del libro. Menchu consigue que sospechemos de todos y cada uno de los personajes; desde el extraño conserje que me ha recordado a los míticos y siniestros mayordomos de película; pasando por un director muy interesado en que todo se aclare (siempre hay que sospechar de los que parecen buenos...); una nueva profesora que parece no tener ningún tipo de relación con la víctima; y un profesor que posiblemente estaba más interesado en Hanna de lo que parecía...

Por otro lado tenemos la difícil relación entre Malcom y Bárbara, ambos compañeros pero queriendo ser algo más. Creo que describiré los sentimientos de ambos para así poder entenderlos mejor:

Malcom, un hombre que se siente atraído por su compañera, pero que no quiere comprometerse. No quiere una relación seria pero se siente herido cuando ella intenta poner una distancia entre ellos, celoso cuando otros hombres se le acercan, aterrorizado hasta más no poder cuando piensa en lo que le podría pasar a ella...

Bárbara, una mujer que se siente atraída por su compañero, pero que no está dispuesta a ir más allá con él sin un compromiso. Que intenta mantener las distancias pero que se siente herida cuando él mantiene una actitud fría, celosa cuando otras mujeres se le acercan, aterrorizada hasta más no poder cuando piensa en lo que le podría pasar a él...

¿Semejanzas? Pues sí. Ambos tienen sentimientos, pero no saben cómo manejarlos. Los continuos malentendidos crearán en muchas ocasiones momentos tirantes, pero a la vez seremos testigos del progresivo avance en su relación.

A diferencia de la anterior novela que leí de esta autora, La fórmula deseada, en la que en muchas ocasiones no era capaz de comprender la manera de pensar de la protagonista, aquí me resultó fácil ponerme en el lugar de ambos. Fui capaz de meterme en la piel de Malcom y apreciar como poco a poco va sintiendo algo por esa persona, pero a la vez la presión por una relación para la que no está preparado lo echa para atrás. Y en otras ocasiones podía sentir la inseguridad de Bárbara, el miedo a comenzar algo con una persona de la que no está segura que le vaya a corresponder.

El libro cuenta con unas escasas 200 páginas, y es aquí cuando para mí llega la parte mala del libro, y aunque parezca contradictorio también la buena; me explico... Para ser un libro tan corto, en mi opinión la autora ha sabido contarnos la relación de dos personas, una investigación de asesinato, y todo ello sin que quedara ningún cabo suelto y de una manera muy satisfactoria. Pero por otro lado tengo la sensación de que si el libro hubiera contado con más páginas, quizás podría haber profundizado en cosas que posiblemente habrían sido interesantes, como por ejemplo el día a día en el F.B.I, la relación que se establece entre dos personajes secundarios, y pequeños detalles que aunque insisto, la falta de ellos no desmerece al libro, sí es posible que pudieran haberlo mejorado.

Si me tengo que quedar con algo de la novela, es sin duda el vínculo que se establece entre los protagonistas a causa de la amenaza de pérdida. Cómo dos personas que se gustan pero no se conocen del todo, se van uniendo poco a poco como consecuencia del miedo a que la otra persona sea herida.